Resulta importante, en primer lugar, entender a qué nos referimos cuando hablamos de desarrollo sustentable, un término que adquiere cada vez mayor relevancia en el mundo actual. Este enfoque busca fomentar prácticas y medidas que sean respetuosas con el medio natural, equitativas desde el punto de vista social y, sobretodo, sostenibles a lo largo del tiempo sin comprometer a las generaciones futuras. Profundizaremos en el rol del consumo responsable, para aportar a un desarrollo cada vez más sostenible.
Ahora bien, ¿Qué es el consumo responsable?
El consumo responsable hace referencia a la capacidad de conciencia sobre la forma en la que satisfacemos nuestras necesidades, conociendo no solo qué consumimos, sino también cómo esto impacta en el entorno ambiental, social y económico.
Esta práctica sugiere adoptar una nueva percepción entre naturaleza y cultura del consumo, representando un desafío no solo para las personas, sino también para las organizaciones. Estas últimas, deben replantearse constantemente sus formas de aportar valor, en aras de priorizar un uso ético de los recursos disponibles y reducir la contaminación.
A su vez, este enfoque amerita resignificar los procesos, productos y servicios, así también diseñar estrategias de marketing que se adecuen a los cambios de comportamiento por parte de los usuarios, y a las nuevas tendencias por las que estos optan, dirigidas hacia un consumo sostenible.
¿Qué prácticas representan un consumo responsable?
En las últimas décadas, la mirada responsable y sostenible para con el consumo fue tomando cada vez más fuerza, pasando de ser una opción a convertirse en una necesidad. Lo que empezó con una acción puntual, se convirtió para algunas personas, en un estilo de vida.
Hoy en día, los usuarios buscan mantenerse informados antes de realizar un proceso de compra, para poder tomar decisiones conscientes y éticas, y finalmente optar por productos o servicios que causen el menor impacto negativo en el entorno.
Por su parte, la elección de prácticas como el reciclaje, la reutilización, la utilización de tecnologías limpias y energías renovables, el uso a consciencia del agua, entre otros, también forman parte del grupo de acciones que contribuyen al aprovechamiento y consumo responsable.
¿Cuándo el consumo deja de ser responsable?
Las bases para llevar adelante un consumo más responsable, ético y sostenible parten de la misma premisa: tener conciencia sobre el impacto que causan nuestras acciones en el ambiente. Respecto a las formas de lograrlo y los límites de cumplimiento, la verdad es que depende de cada persona en particular. Cada uno sabe cuánto puede aportar desde su lugar y cuáles son sus límites, según el estilo de vida que lleve.
Sin embargo, a términos generales, el consumo deja de ser responsable cuando se recae en prácticas como el consumismo, la cultura del descarte, comprar por impulso, el uso de productos que provengan de explotación animal o relacionados con el trabajo infantil.
En las organizaciones, estas prácticas se ven representadas en el despilfarro de recursos, el aprovechamiento no sustentable de la pesca, el uso de tecnologías contaminantes, la mala gestión de energía, entre otros.
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10 Ejemplos de prácticas en el consumo responsable y como se relacionan con el desarrollo sustentable
1) Reducción, Reutilización y Reciclaje
El hecho de poder reducir lo que compramos a solo lo necesario, así como reciclar y reutilizar sus envases y envoltorios, resultan acciones que pueden significar el ahorro de grandes cantidades de recursos a largo plazo.
Siendo un tópico importante la disminución de desechos plásticos, muchas empresas optan por brindar envases reutilizables y envoltorios biodegradables.
A su vez, una tendencia muy posicionada en la actualidad es la adopción de bolsas de tela reutilizables, por parte de los clientes, para disminuir el uso de bolsas plásticas.
2) Investigación antes de comprar
En la actualidad, son cada vez más las personas que buscan informarse antes de realizar cualquier tipo de compra. La idea es encontrar marcas que sean transparentes en sus prácticas, respetuosas con el ambiente y la sociedad, y realicen prácticas de sustentabilidad.
Por su parte, la investigación también incluye la conciencia sobre las problemáticas ambientales actuales, y cómo impactan nuestras acciones.
3) Elección de productos naturales
Gran parte de los consumidores, hoy en día, eligen adoptar alimentos producidos con métodos no convencionales. Esta tendencia proviene, en parte, del deseo de llevar una vida los más sana posible. Cobran relevancia los alimentos orgánicos sin conservantes ni aditivos, y los productos naturales, sin testeos en animales.
4) Medios de transporte más sostenibles
Hoy en día, muchas personas adoptan la bicicleta como medio de transporte predilecto. Esto representa una reducción en la emisión de carbono y ahorro de energía, sumados a los beneficios que brinda para la salud como actividad física.
Además, otro punto que está en crecimiento es la opción por vehículos eléctricos. Marcas como Tesla apuestan a este sector.
5) Elección de destinos turísticos sostenibles
Los destinos turísticos sostenibles representan un centro de atracción para gran parte de la sociedad. Se caracterizan por el aprovechamiento ético de los recursos naturales, la preservación del patrimonio cultural, y el respeto y la participación de las comunidades locales. A su vez, fomenta la creación de puestos de trabajo para los habitantes locales.
6) Consumo reducido de carne
La carne en las dietas representa un objeto de múltiples debates, habiendo demasiadas posturas al respecto. Hay personas que aseguran que se puede llevar adelante una dieta completa sin carne ni derivados animales, mientras que otros reconocen la importancia de sus propiedades en la alimentación.
Lo cierto es que gran porcentaje de la sociedad decide llevar dietas vegetarianas o veganas, provocando un crecimiento en la demanda de alternativas a la carne y productos sustitutos.
7) Ahorro de energía
La energía es un tema primordial a la hora de pensar en un consumo más responsable y sostenible con el entorno. Cada vez son más las personas que deciden adoptar formas de energía renovables, debido al nivel de conciencia ambiental. Estas tecnologías se desarrollan constantemente con el fin de lograr una transición hacia un sistema energético más sostenible.
Por su parte, el interés en la energía por parte de los consumidores, también recae a la hora de elegir marcas que apuesten por sistemas responsables.
8) Redes sociales como fuente de concientización
Las redes sociales cumplen un papel primordial para la sociedad actual. Los usuarios no solo tienen presente el respeto por el medio ambiente, por parte de las marcas a la hora de elegir producto, también buscan un compromiso con las problemáticas sociales como la inclusión o la pobreza.
A su vez, las redes sociales permiten a los consumidores acceder a valoraciones y recomendaciones hechas por otros usuarios, como también información propia sobre las marcas.
9) Marcas de ropa sostenibles
En lo que respecta a moda, muchos usuarios están optando por comprar prendas de segunda mano o de fabricación artesanal. Algunas firmas como Adidas, muestran su compromiso sumando al mercado líneas de productos fabricados con materiales reciclados.
10) Consumo responsable del agua
Las personas son conscientes del valor que tiene el agua, siendo uno de los recursos más importantes en el planeta, por lo que procurar llevar un uso racional es fundamental para preservar su conservación. Para esto, llevar a cabo prácticas como el ahorro en los hogares, utilización de tecnologías de ahorro, reutilización de agua de lluvia, entre otros, resulta de vital importancia. Clickeando aquí podrás profundizar en recomendaciones de la Unión Europea para el cuidado del agua.
Por su parte, otro punto importante para los consumidores responsables, es optar por marcas comprometidas por evitar el despilfarro de agua en sus procesos productivos.
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https://www.greentecher.com/proyectos-de-desarrollo-sustentables/