Desarrollo Sostenible

Calentamiento global

Que estamos viviendo en un mundo que enfrenta una crisis climática, no quedan dudas, pero ¿qué es el calentamiento global?¿por qué se produce?¿qué podemos hacer para evitar sus efectos y sus consecuencias? A continuación trataremos de esclarecer estos temas. 

¿Qué es el calentamiento global?

El calentamiento global es un fenómeno que se da por el efecto invernadero. Este es el proceso natural por el cual la energía del sol que es reflejada por la superficie terrestre es almacenada en forma de calor por algunos gases que llamaremos gases de efecto invernadero (GEI). Estos gases como el CO2 mantienen una temperatura que permite sustentar la vida en la tierra como la conocemos. 

Sin embargo, producto de actividades humanas como:

  • La quema de combustibles fósiles para la industria y la producción de energía
  • Los sistemas de transporte también en base a estos combustibles
  • Los cambios en el uso del suelo

Aumentan las emisiones de GEI, haciendo que el calor almacenado dentro del planeta se incremente.

Esto es lo que denominamos calentamiento global. Producto del aumento de GEI por actividades humanas, la temperatura promedio de la tierra se ha elevado en 1,1°C con respecto a los valores previos a la revolución industrial. Uno podría pensar que esta mínima variación no genera efectos, sin embargo este aumento en la temperatura global, es el que produce el cambio climático.

¿Qué es el cambio climático? 

Es el aumento en los fenómenos climáticos extremos tanto en intensidad como en duración. Inundaciones, olas de calor, sequías, incendios forestales, entre otros eventos climáticos podrían ser moneda corriente, si es que ya no lo son, producto del aumento de la temperatura mundial. 

Pero estos son solo algunos de los efectos directos producidos por el calentamiento global y el cambio climático. También podemos ver algunos efectos indirectos asociados al aumento de la temperatura mundial como pérdida de biodiversidad, aumento de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, desplazamientos de personas y escasez de alimentos entre otros. 

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Imagen de jcomp en Freepik

Mitigación y adaptación

Ante este problema de escala planetaria cabe preguntarse qué están haciendo los gobiernos y que podemos hacer como ciudadanos para enfrentarlo y solucionarlo. Las dos patas fundamentales para afrontar esta temática, son la mitigación y la adaptación al cambio climático. 

Cuando hablamos de adaptación, nos referimos a acciones tendientes a adaptarse a los efectos ya presentes del cambio climático. Entre las tareas de adaptación están la construcción de sistemas de desagüe para resistir inundaciones, o sistemas de alerta temprana frente a desastres. Si nos referimos a mitigación son acciones que tienden a reducir las emisiones de GEI en la atmósfera y así reducir el cambio climático. Un ejemplo de esto sería el uso de energías renovables. 

Los gobiernos han llegado al Acuerdo de París en 2015, un texto que establece como objetivo que la humanidad no supere los 2°C de calentamiento global, con esfuerzos hacia 1,5°C. Las responsabilidades de los gobiernos no son las mismas, ya que los países más desarrollados son los principales emisores de GEI y los que tienen una mejor economía para adaptarse frente a los desastres climáticos. Son los países menos desarrollados los que menos contribuyen al problema y los que se ven más afectados, sin embargo también deben contribuir a bajar las emisiones de GEI en los que en el acuerdo se llama “responsabilidades comunes pero diferenciadas” entre países

Si bien se logró este acuerdo, según datos del Panel Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) estamos lejos de lograr esta meta. 

Tres escenarios climáticos posibles

En un informe presentado por este organismo se muestran tres escenarios posibles. El primero, que es el más improbable, la humanidad reduciría sus emisiones y así evitará llegar a los 1,5°C de calentamiento global. En el segundo, el planeta superaría los 1,5°C para luego reducir sus emisiones de GEI y así reducir su temperatura global. Por último, el tercero es nuestro escenario actual, donde si la humanidad continúa emitiendo GEI al mismo ritmo al que lo hace ahora, el calentamiento global superaría los 2°C.

Esto sería de gran riesgo, ya que de seguir aumentando la temperatura mundial, los efectos ya visibles del cambio climático se verán exacerbados. También se corre el riesgo de entrar en un ciclo de retroalimentación en el que al derretirse el hielo del ártico, además de producirse un aumento del nivel del mar que pondría en riesgo la supervivencia de poblaciones en islas del pacifico, liberaría metano contenido en las masas de hielo potenciando así el calentamiento global. 

Sin duda el ejemplo más reciente lo tenemos en Argentina, donde el mes de marzo de este año, fue el más cálido desde 1906. Este verano el país enfrentó 10 olas de calor, siendo la última de ellas la más extrema en duración e intensidad de temperaturas. En estas situaciones las personas más afectadas son los niños y los adultos mayores, ya que corren mayor riesgo de deshidratación, sin embargo se recomendaba la buena hidratación, el uso de ropa clara y no realizar actividad física a toda la población. 

Por las temperaturas registradas el Servicio Meteorológico Nacional tuvo que agregar un nuevo color al mapa de temperaturas. Es que según datos de la NASA ocho de los diez años más cálidos registrados sucedieron en la última década. 

Soluciones al calentamiento global:

Si bien el calentamiento global y el cambio climático son problemáticas globales, las personas podemos ayudar desde nuestro lado para encontrar soluciones. Instalar energías renovables en nuestras casas como paneles solares o termotanques solares, además de reducir las emisiones de GEI que generemos, reducirá nuestra factura de luz y gas. En materia de transporte una alternativa es movilizarse en bicicleta o transporte público. Desde el lado de nuestra alimentación, reducir el consumo de carne o consumir alimentos producidos localmente también es una forma de reducir emisiones. 

Otra medida que podemos tomar para reducir nuestro impacto es plantar árboles o plantas ya que almacenan CO2. A la hora de hacerlo es preferible plantar especies nativas, ya que se adaptan mejor al ambiente y traen beneficios al ecosistema. Por último pero no menos importante, debemos exigirle a nuestros gobernantes que implementen políticas que apunten hacia una transición energética hacia fuentes renovables, que busquen la electrificación del transporte, o que cuiden los ecosistemas que funcionan como sumideros de carbono.

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